RESUMEN
No
existe una teoría general de la contabilidad, más bien existen varias en pugna.
El
objetivo de esta investigación es resaltar la naturaleza coherentista de los
dos principales programas paradigmáticos a los que está siendo reducida
la contabilidad: la Contabilidad Pura o General y la Perspectiva Contable de la
Información, ambos, surgentes de la ruptura suscitada a lo largo de los años 60 y
comienzos de los 80 del siglo anterior por las diferencias empiricistas más
radicales que han dado lugar a los enfoques epistémicos Neopositivista y Estructuralista de las
ciencias. Este artículo de investigación escrito al nivel descriptivo procede
de la aplicación de un método deductivo sobre la revisión de las creencias
subyacentes en las prácticas profesionales contables vigentes. Hecha esta
indagación, vemos como resultado que la coherencia de las creencias prescritas
por el programa paradigmático de la Contabilidad Pura la otorga la crítica
social mientras que la de la Perspectiva contable de la Información la da la
corriente antropológica del funcionalismo. En conclusión, es posible sintetizar
el problema de la caracterización de los programas paradigmáticos vigentes de
la contabilidad en un modelo gráfico tridimensional, según: la postura del
investigador (P), la Visión metodológica
(V) y la necesidad de una Transformación social (T).
PALABRAS
CLAVES
Programas
paradigmáticos, Contabilidad Pura o General, Análisis Contable, Contabilidad
Financiera, Contabilidad de Gestión, Control de Gestión.
CLASIFICACION
En
la nomenclatura Colciencias, este es un proyecto de generación de nuevo
conocimiento. Por su parte, en la nomenclatura JEL este es un proyecto de
contabilidad (M41).
ABSTRACT
There is not a general theory of accounting, rather there are several factions. The objective of this research is to highlight the coherentist nature of the two paradigmatic programs: Pure or General Accounting and Accounting Information Perspective, raised survivors from rupture by the most radical empiricists differences that has led to neo-positivist and structuralist epistemic approaches of sciences, along the 60s and early 80s of the previous century. This research paper writing descriptive level comes from the implementation of a deductive method on the revision of the beliefs underlying current accounting schools. Upon such inquiry, as a result we see that consistency of beliefs prescribed by the Pure Accounting paradigmatic program is granted by the social criticism while that of the Information as an accounting perspective is given by current anthropological functionalism. In conclusion, it is possible to synthesize the problem on the characterization of the current accounting paradigmatic programs in a graphical model reduced to three dimensions, namely: the Position of the researcher (P), the methodological Vision (V) and the need for a social Transformation (T).
There is not a general theory of accounting, rather there are several factions. The objective of this research is to highlight the coherentist nature of the two paradigmatic programs: Pure or General Accounting and Accounting Information Perspective, raised survivors from rupture by the most radical empiricists differences that has led to neo-positivist and structuralist epistemic approaches of sciences, along the 60s and early 80s of the previous century. This research paper writing descriptive level comes from the implementation of a deductive method on the revision of the beliefs underlying current accounting schools. Upon such inquiry, as a result we see that consistency of beliefs prescribed by the Pure Accounting paradigmatic program is granted by the social criticism while that of the Information as an accounting perspective is given by current anthropological functionalism. In conclusion, it is possible to synthesize the problem on the characterization of the current accounting paradigmatic programs in a graphical model reduced to three dimensions, namely: the Position of the researcher (P), the methodological Vision (V) and the need for a social Transformation (T).
KEY
WORDS
Paradigmatic programs, General or Pure Accounting, Accounting Analysis,
Financial Accounting, Management Accounting, Management Control.
INTRODUCCION
Desde
la “versión heredada” de la construcción de las ciencias, que fue desarrollada
por los positivistas lógicos y los empiristas lógicos entre 1920-1950, los
modelos de las teorías científicas recibieron idénticos nombres de los dos
enfoques de la lingüística: lo sintáctico y lo semántico. De la ruptura
suscitada por las diferencias más radicales[1]
entre la primera corriente empirista, llamados colectivamente del externalismo
semántico y la otra corriente empirista emergente o del internalismo semántico
surgen los enfoques Neopositivista y Estructuralista de las ciencias, también
presentes en la ciencia de la contabilidad.
Esta
tragedia del derrumbamiento de la concepción heredada de la filosofía de las
ciencias a lo largo de los años 60 y comienzos de los 80 del siglo anterior,
también ha determinado en la epistemología de la contabilidad, la admisión de
una multitud de enfoques al mismo nivel, cada una con su marco particular de
valores, criterios y tópicos preferidos, subsumidos en una única coherencia
posible, la cohesión interna manifiesta por “la función social del lenguaje y
la de los instrumentos disponibles junto al tipo de información que fuere relevante
tener” (Longino, 1990).
Como
antecedente de esta investigación puede decirse, que desde la última década del
siglo anterior han venido siendo publicados innumerables estudios sobre
epistemología contable en los que un lector prevenido distingue claramente en
ellos: o su pertenencia a una idea que promueve la contabilidad como un sistema
de información diseñado para ser utilizado por grupos de usuarios tipo, o su
pertenencia a una contabilidad general que expresa en un lenguaje convenido los
agregados de valor de los aspectos cualitativos y cuantitativos de la realidad
económica de los emprendimientos económicos humanos.
En
particular, las mayores aproximaciones al tema aquí tratado la contienen los
estudios de Facin, Barrachina y Ripoll (2008), de la Universidad de Valencia,
España, bajo el título de Paradigmas de investigación en contabilidad de
gestión, el de Larrinaga (1999) de la Universidad Carlos III de Madrid sobre
Perspectivas alternativas de investigación en contabilidad y el de Gómez (2002) de la Universidad
Autónoma de México-Azcapotzalco intitulado como La economía institucionalista y
la contabilidad de gestión.
En
síntesis, el presente estudio, trata acerca del cómo la ciencia contable de
nuestros días ha ido siendo abreviada hacia los dos programas paradigmáticos de: la
Contabilidad Pura o General y la Perspectiva de la Contabilidad como
Información, derivados de un desarrollo coherentista de los enfoques
epistémicos surgentes: estructuralismo y neopositivismo.
METODOLOGIA
La
investigación sobre la que se basa este artículo es deductiva pues mediante una
revisión de los contenidos ofrecidos por cada tipo de práctica contable ha sido
posible ir identificando sucesiones de redes teóricas que han ido sufriendo
modificaciones a través de la historia. El énfasis ha sido puesto en las teorías
contables, los modelos teóricos, la explicación y la abstracción procurando detectar
unas consecuencias observables sobre el trabajo del Contador, desentrañar la
nueva realidad a la que se enfrenta, explicitarla en forma veraz realizando su estudio en búsqueda
de condiciones de coherencia ya sea a una Contabilidad Pura ora a una Perspectiva
de la Contabilidad como Información. Esta investigación se considera descriptiva porque
en ella se busca especificar las cualidades de coherencia que caracteriza a los
dos programas paradigmáticos contables vigentes. En consecuencia, las
conclusiones obtenidas son meras proposiciones restringidas al campo específico
de la acción contable que bien podrían ser refutadas por otras hipótesis.
RESULTADOS
1. La
Contabilidad Pura o General
El
profesor Calafell (1969), respecto a sus criterios filosóficos y atendiendo a
la finalidad de los conocimientos, clasifica la Contabilidad en Contabilidad
Pura o General, de un lado, y Contabilidad Aplicada, del otro.
1.1.
La Contabilidad Inductiva
Más
tarde, el profesor Calafell (1970), especifica que la metodología de la
Contabilidad Pura se materializa en las funciones de captación, simbolización,
medida, valoración, representación, coordinación, agregación, análisis e
interpretación. Además, el profesor Calafell (1971) proporciona una descripción
doblemente micro y macro de las características fundamentales de la
contabilidad de la empresa a partir del marco conceptual del proceso integral contable, cuyo lugar de
aplicación es el de una organización contable, en la que se tengan presente
todos los fines que pretenden ser alcanzados.
El
siguiente cuadro ilustra este proceso integralmente. Operacionalmente, este
modelo se sirve en sus inicios de un proceso inductivo para obtener datos de
una realidad económica observada que posteriormente se torna en deductivo para
revelar todos los aspectos técnico-contables de la misma realidad
económica.
El
primer subproceso servido por un razonamiento inductivo culmina con la
obtención del Balance, y dentro de él se distinguen dos partes fundamentales:
1)
Una de naturaleza científica, en la que se lleva a cabo la captación,
simbolización, medida y valoración de la realidad económica.
2)
Otra de naturaleza técnico-formal, que se ocupa de la representación,
coordinación e integración de dicha realidad hasta llegar a la formulación del
Balance de situación.
El
segundo subproceso, por su parte, tiene lugar a partir del Balance y se
caracteriza por un razonamiento deductivo que permitirá revelar la realidad
económica en todos sus aspectos, constituyendo así el proceso de análisis
contable. A su vez, en este subproceso se distinguen dos aspectos
fundamentales:
1.-
Análisis de la historia económica: se desprende de la Contabilidad, e
implícitamente del Balance y documentos anexos.
2.-
Análisis prospectivo o de expectativas, que sirven de base en la toma de
decisiones futuras sobre la gestión a realizar.
Además
de ambos subprocesos, existe otro entre ellos que denomina subproceso
intermedio y que se ocupa de dos importantes problemáticas contables:
a.-
La verificación o constatación contable (en su doble aspecto interno y
externo).
b.-
La consolidación o integración contable de varias situaciones económicas
(internas).
En
disquisición a lo anterior, explica el profesor Fernández Pirla (1983), que los
dos ámbitos, en los que la Contabilidad adquiere características peculiares
propias, son: el ámbito interno y el ámbito externo.
Según
el profesor Requena (1986), atendiendo a la finalidad de los conocimientos la
clasificación de la contabilidad es la siguiente: en el ámbito interno tiene
lugar el proceso económico de formación de costes en sentido estricto, el cual
está caracterizado porque el elemento subjetivo y discrecional juega en el
mismo un papel fundamental. En el ámbito externo o financiero, es donde se
desarrolla toda la circulación (también llamada externa) de la empresa, y que
se caracteriza porque las magnitudes que lo integran vienen objetivamente
determinadas por actos de compra y venta con expresión monetaria cierta o
porque han sido anteriormente elaboradas en el ámbito interno.
1.2.
La Contabilidad Deductiva
La
Contabilidad Deductiva o del Análisis Contable, consiste "en el estudio
comparativo de la información contenida en los diferentes estados contables,
con el fin de extraer conclusiones sobre la situación económico-financiera de
la entidad a la que pertenecen, haciendo uso de aquellos instrumentos técnicos
que facilitan las antedichas comparaciones", por lo que constituye el
soporte esencial de la función de interpretación de la información (Cañibano,
1976).
Aquí,
se hace necesario, un tratamiento sistemático de la información para emitir
subrogados que resulten útiles para la aprehensión de la realidad. Agrega
Cañibano (1976), "el método contable consiste en un conjunto de postulados
y premisas subsidiarias que permite someter a observación la realidad
económica, expresar en un lenguaje convenido los aspectos cualitativos y
cuantitativos de dicha observación conforme a unas reglas que garantizan un
determinado grado de objetividad, y procesar la información resultante
siguiendo unos criterios que permitan obtener estados sintéticos que contengan
agregados relevantes".
En
este sentido Montesinos (1976) expresa que el análisis contable “recoge la
información proporcionada por el modelo contable convencional, la manipula y
combina de acuerdo con un modelo formal –que podemos denominar metamodelo, en
tanto en cuanto no toma como referente la realidad sino su subrogado contable
mostrado en los estados financieros– y procura efectuar a partir de los outputs
obtenidos predicciones útiles para la adopción de las decisiones económicas de
los usuarios de los estados financieros”.
Respecto
al fin perseguido por el análisis contable, opina Urías (1991), que “el
análisis (contable) trata de investigar y enjuiciar, a través de la información
contable, cuáles han sido las causas y los efectos de la gestión de la empresa
para llegar a su actual situación y así predecir [...] cuál será su desarrollo
en el futuro, para tomar decisiones consecuentes”.
Por
tanto, el primer aspecto a estudiar en el análisis contable es la estructura
del balance, desglosando, de una parte, el origen de los recursos o fuentes de
financiación y, de otra, la aplicación o inversión de aquéllos. Igualmente, es
objeto de estudio, por la especial significación que comporta, el cálculo y la
determinación contable del resultado, así como la descripción de aquellos
estados contables más usuales que nos permiten un conocimiento explicitado de
la realidad empresarial (Ruiz, 2008).
Según
la motivación financiera de la empresa, las fuentes de financiación pueden
clasificarse como: a) Financiación básica o permanente y, b) Financiación a
corto plazo. En la primera, podemos distinguir entre la propia y la ajena de
largo plazo mientras en la segunda, siendo toda ajena, conviene distinguir
entre las derivadas del ciclo operacional y las originadas en transacciones
externas al tráfico operativo. La financiación propia interna
(autofinanciación) es una capacidad de financiación básica que genera recursos
de mantenimiento de las inversiones y potencializadores del enriquecimiento.
La
autofinanciación de enriquecimiento puede deberse a las utilidades acumuladas
no distribuidas, o a aquellos activos intangibles ocultos y a las
actualizaciones en el valor de esos otros activos infravalorados o de pasivos
sobrevalorados. La autofinanciación de mantenimiento se origina en la
susceptibilidad de los activos a experimentar depreciación, bien de carácter
reversible como en el caso de los activos fijos depreciables, o bien de
carácter irreversible como las amortizaciones de los activos intangibles.
La
inversión no es más que la materialización de las fuentes de financiaciones
propias y ajenas. En otras palabras, el activo constituye una inmovilización de
recursos financieros que es susceptible de clasificarse de diferentes formas,
según el enfoque desde el que se contemple. Así, en una primera discriminación
del mismo, se suele distinguir entre activo fijo y activo circulante. Ahora
bien, los criterios de adscripción de los elementos patrimoniales a cada uno de
ellos son muy diversos.
Para
el profesor Rivero (1995) “lo que distingue los elementos del activo fijo de
los elementos del activo circulante no es su naturaleza, ni tampoco su duración
o permanencia en la empresa, sino su función en el seno de la misma (...). Los
entes que se integran en el Circulante son aquellos que permiten la realización
de la actividad objeto de la misma (...). Los elementos del activo fijo son
aquellos que están destinados a asegurar la vida de la empresa, su permanencia.
Tienen como fin servir de forma duradera a la actividad de la empresa. Forman
su aparato productivo. Dependen de decisiones a largo plazo”.
Por
su parte, el profesor Cañibano (1976) entiende que el inmovilizado es “el
conjunto de bienes de naturaleza real o financiera cuya permanencia en el seno
de la empresa va más allá de los límites de un ejercicio económico,
constituyendo, por tanto, sus inversiones permanentes”. Por lo que podemos
discriminar dentro del activo a largo plazo entre:

INMOVILIZADO
REAL
II) INMOVILIZADO INMATERIAL
III) INMOVILIZADO
FINANCIERO
INMOVILIZADO
INTANGIBLE
De
otro lado, dice Calafell, (1970), “el beneficio de la empresa, en términos
absolutos, sólo puede ser conocido al final de su vida (…)” la razón de la
determinación periódica del resultado en la teoría clásica estriba en la
absoluta necesidad de retribuir a los propietarios de la empresa de una forma
anticipada, sin tener que esperar a que la misma llegase a su fin, con todas
las ventajas psicológicas y de incentivo que ello supone.
Ahora,
en la doctrina actual, la determinación del resultado debe llevarse a cabo no
sólo con el objeto acabado de mencionar, sino también, para el control de la
explotación, para conocer la marcha próspera o adversa de la actividad
económica de la empresa. Ello ha motivado que no se espere hasta el final del
ejercicio para la determinación del resultado, sino que el mismo se calcule y
compruebe varias veces al año, siendo lo más normal en determinar el resultado
mensualmente”.
En
la actualidad, existen dos concepciones contables fundamentales para la
determinación del resultado en la empresa: a) la Concepción clásica o estática
y b) la Concepción dinámica.
En
la concepción clásica o estática del
resultado, un balance puede verse como aquello que todavía no ha sido
cancelado o extinguido. Estos rubros no extinguidos representan una fuerza como
activos existentes y como obligaciones pasivas. El balance patrimonial es
consecuentemente una fotografía del negocio en acción (a los valores de
entrada).
ACTIVO
(A) – PASIVO (P) = PATRIMONIO NETO (N)
El
cálculo de la ganancia, sin modificación al patrimonio del principio del
periodo, descansa en la consideración
patrimonialista de la empresa, que condiciona la estructuración racional de los
resultados como instrumento de medición de la eficacia de la unidad económica,
esto es:
ACTIVO
+ GASTOS = PASIVOS + INGRESOS
Aquí,
las dos principales tareas del balance patrimonial son: a) mostrar un cuadro de
las fuerzas en juego en el negocio en marcha y b) mantener al alcance de los
ojos las transacciones de las cuentas de ganancias y pérdidas no extinguidas.
La
concepción dinámica del resultado
surge en las discusiones promovidas en 1919 por por Eugen Schmalenbach (1980)
en las que planteaba que la dinámica del negocio estaría centrada en la riqueza
patrimonial dada según la variación del patrimonio entre dos periodos
consecutivos.
VARIACION
DEL PATRIMONIO NETO = NUEVOS APORTES (E) – DIVIDENDOS (D) + UTILIDADES DEL
EJERCICIO (R)
A
partir de entonces, no es difícil encontrar definiciones del resultado que
aboguen por su idea acerca del cambio de precio en el caso del valor de
reemplazo de los activos fijos, que entiende la riqueza como “el importe
monetario correspondiente al aumento o disminución netos experimentados por el
patrimonio de una entidad en un período determinado, distintos a los títulos de
la entidad” (Vela, Montesinos y Serra, 1996).
PATRIMONIO
NETO (N) = CAPITAL SOCIAL (K) + UTILIDADES RETENIDAS (U) + OTROS SUPERAVITS (S)
Erich
Schneider (1962), seguidor de esta concepción contable, en su conocida obra
Contabilidad Industrial, ordena y sistematiza, de manera sintética, la
determinación del resultado externo e interno de la empresa, estableciendo dos
tipos de Capital Contable que deban conservarse: el capital contable financiero
y el capital contable operativo. Refiriéndonos al capital financiero, es
posible obtener el resultado del periodo mediante la diferencia entre los dos
patrimonios netos consecutivos, eso es:
VARIACION
DEL PATRIMONIO NETO = NUEVOS APORTES (E) + UTILIDADES DEL EJERCICIO (R) –
DIVIDENDOS (D)
O
sea, en notación:
N1 – No = E + R1 – D
Para
poder comparar estas diversas corrientes monetarias es necesario que todas
estén medidas a los valores de salida, es decir, todas medidas al avalúo recién
al cierre del periodo, lo cual escrito en notación matemática, será:

Los
resultados (R1) del ejercicio, son excedentes o disminuciones
respecto del capital financiero (N1 – N’o) y de la financiación
externa propia (E’ – D’), que miden el comportamiento económico de la organización
a través de un valor único, surgido de la diferencia entre ingresos y egresos
acumulados, referidos a un periodo determinado del tiempo. Schmalenbach no
trata el problema de la inflación sobre la información contable, pero expuso su
idea acerca del cambio de precio en el caso del valor de reemplazo de los
activos fijos.
Ya
decía en 1921 Fritz Schmidt (1990), que tanto el balance patrimonial como el
estado de resultados del ejercicio, sufren las influencias del mercado
(influencias exógenas), lo que deforma los valores presentados y trae consigo
consecuencias dañosas. En su visión, ambos deben ser vistos como si contuviesen
dos esferas: la esfera de rotación (los activos reales) y la esfera monetaria
(los activos monetarios).
La
posición de Schmidt, cuyas influencias, todavía hoy son discutidas, puede ser
sintetizada en los siguientes términos: “en relación con los activos tangibles
el objetivo es obtener un valor corriente combinado para los activos y pasivos
de la empresa (N). Este objetivo se hace eficaz en la agregación del valor
corriente de sustitución de los rubros individuales. El resultado es el valor
de la empresa. En un contexto inflacionario, es necesario distinguir entre
activos reales y activos monetarios afectados por la inflación. Esto contradice
el mantenimiento del valor de la moneda nominalmente constante en las
contabilizaciones corrientes…”.
Cuando
un activo o un pasivo es avaluado a su valor recién al cierre del periodo,
cualquier diferencia entre el costo original del activo o valor del período
anterior debe ser registrada. En la contabilidad orgánica de Schmidt, los
cambios en el valor del costo de reemplazo o reproducción son acreditadas en
una cuenta de ajuste del capital, que es un suplemento de la cuenta de capital.
Esto está en visible contradicción con la contabilidad convencional. De acuerdo
con la cual los cambios en el valor tienen que aparecer como ganancias o
pérdidas en la cuenta de Ganancias y Pérdidas (Schmidt, 1990).
Se
resuelve así, uno de los principales problemas que se suscitan en Contabilidad
para la determinación del resultado, con la aplicación del concepto de
periodización, o el principio generalmente aceptado del devengo. Y en cualquier
caso, el principal problema de la empresa es la determinación de resultados,
quedando en un segundo plano la elaboración del balance de situación, tal y
como oportunamente señala Schmalenbach (1980) a lo largo de su obra. Con la
incorporación de este principio, se está en posesión de un modelo para la
formulación contable del resultado.
Sin
embargo, casi hasta nuestros días persiste otro problema: debe recordarse que
los cambios en los valores del activo son de capital, no de resultado, hay
pues, quienes sostienen que el reconocimiento de estas pérdidas y ganancias en
el ingreso neto es engañoso. En efecto, el procedimiento contable más usual
consiste en crear una valorización o una provisión de valuación, cuyo registro
de la ganancia o pérdida no realizada debido al cambio en los valores son
correspondientemente reportadas como superávit, ingresos o pérdidas enjugadas como
parte de los resultados del ejercicio.
En disquisición a lo anterior y en un
intento por resolver este problema actual, el IASB ha introducido
pragmáticamente el concepto de “resultado integral” o “resultado
comprehensivo”. La utilidad comprehensiva incluye todos los ingresos y las
ganancias, los gastos y las pérdidas reportadas en los ingresos netos y, todas
las ganancias y pérdidas que saltan directo a la utilidad neta. De acuerdo a la
NIC 1 (Presentación de estados financieros), cuando el Resultado Integral Total
(RIT) se presenta en un único estado, las partidas del Otro Resultado Integral
(ORI) se relacionan después de la última línea que corresponde a las utilidades
netas del ejercicio. Si se decide presentar dos estados separados, el primero
se elabora en la forma tradicional dejando la última línea para las utilidades
del periodo, o sea, utilidades limpias que no contienen partidas inusuales y,
el segundo, es el ORI que inicia con las utilidades de período y continua con
las ganancias y pérdidas no realizadas que no se reconocen en el primer Estado
de Resultados (Varón, 2013, p.1).
2. La
perspectiva de la Contabilidad como Información
La
perspectiva de la contabilidad como información trata a las mediciones
contables como medidas de eventos informativos, no de valor. Aquí, proporcionar
información significa hacer que la gente esté mejor informados, lo cual
coadyuva el aprendizaje de algo que la gente no sabía. A su vez, estar en
posibilidad de informarse mejor significa que el usuario de la información se
hallaba menos informado al principio, es decir, que la incertidumbre había
estado presente en él. Esta escuela considera bien medidos los ingresos si la
medida corresponde consistentemente con alguna eventual estructura subyacente
que se desea comunicar, estas son la Contabilidad Financiera y de Gestión y el
Control de Gestión.
2.1.
La Contabilidad Financiera y de Gestión
La contabilidad financiera desde sus
comienzos, estuvo referida a los intereses de los propietarios del patrimonio y
por ello siempre ha sido reconocido el patrimonialismo como la doctrina central
de la tradición financiera. La
Contabilidad Financiera o Patrimonial está formada por un conjunto de procedimientos,
registros, controles e informes, estructurados sobre la base de principios
técnicos, que tienen como objetivos esenciales: mantener un detalle
cronológico, sistemático y costeable de todas las operaciones que afecten el
patrimonio de las instituciones privadas o públicas y su composición.
En el Patrimonialismo, el concepto de
hacienda, es más amplio que el de empresa. La hacienda es un concepto genérico,
orgánico, que desarrolla funciones sociales. Vicenzo Masi (1893-1977), contable
italiano, considerado como el fundador de la doctrina patrimonialista general,
define la hacienda como “un agregado social que se constituye y organiza para
alcanzar o distribuir la riqueza y siempre sobre la base de que tales fines
múltiples han de estar coordinados para alcanzar el máximo de bienestar social
(Masi, 1942).
A mediados del siglo XX la comunidad contable fue
testigo de una gran controversia, en la que la postura de los
“patrimonialistas” marcaba la defensa del balance a valor histórico como el
estado financiero esencial para revelar la riqueza de la empresa (teoría
estática o clásica del balance), ya
que permitía a los administradores elegir entre prácticas alternativas, la
liquidez y las ganancias en vez de los activos, lo que podría producir
resultados sustancialmente diferentes, mientras que el público tenía la
impresión de que el auditor acreditante seleccionaba las prácticas (Jeppesen y
Van Liempd, 2011).
Al tiempo que los “economicistas (equilibrio del
mercado)” apoyaban la variación económica del patrimonio como un concepto
admisor de ingresos y de cargos diferidos, otorgando al balance a valor
razonable la finalidad de la determinación de la “economicidad” (teoría
dinámica de los resultados) de la empresa, de modo dependiente de la previa
definición autónoma de los activos y pasivos, fijando los beneficios según los
cambios en el patrimonio neto registrado en el ejercicio, con excepción de los
originados en operaciones con los propietarios.
Así,
una brecha en las prácticas contables había ido demasiado lejos y la teoría
detrás de ella, o más generalmente el "pensamiento contable", fue
considerado por algunos como estar en crisis (Wells, 1976). Esta
controversia, aún en pleno vigor después de la emisión de “Discussion
Memorandum” del FASB en 1976, termina prácticamente con la promulgación del
SFAC3 también del FASB en 1980, que da la razón a los patrimonialistas..
Desde
mediados de 1960, la Junta de Principios de la American Accounting Association
fue rutinariamente presionado por una amplia gama de partes, incluyendo
direcciones corporativas y de los auditores que actuaban en interés de éstos
(Zeff, 1978; Moonitz, 1974; Watts y Zimmerman, 1978), hasta señalar que
"el establecimiento de normas es tanto un producto de la acción política
como de la lógica impecable por hallazgos empíricos", cuya consecuencia es
que el proceso de establecimiento de normas de contabilidad debía estar
dirigidos a persuadir a las partes afectadas de que las normas eran aceptables.
Los
defensores de esta politización de la contabilidad, por ejemplo Gerboth (1973)
señaló que en una sociedad democrática comprometida, sólo las instituciones
políticas abiertas y receptivas tienen derecho a exigir a otros a seguir sus
reglas. Por lo tanto, el proceso por el que se desarrollan las normas de
contabilidad, debe ser político para ser justo, es decir, debe ser sensible a
los cambios en la comunidad de sujetos (McKernan, 2007).
Sin
embargo, hubo críticos de su desarrollo: Briloff (1964) advirtió que la
economía estadounidense durante la primera mitad del siglo 20 pasó de ser una
"democracia" en una "república", en la que el poder y la
responsabilidad es delegada por los accionistas a los administradores
profesionales. Con el auge de las "consecuencias económicas" de las
normas de contabilidad (Zeff, 1978), la realidad económica podría representarse
en los estados financieros en una serie de formas igualmente válidas, y por lo
tanto, las normas de contabilidad generalmente habían empezado a permitir un
mayor grado de variación en la práctica.
Por
lo tanto, la premisa para el desarrollo de los principios de contabilidad es
encontrar la manera fiel o correcta de representar la realidad económica de los
estados financieros. Sin embargo, la politización gradual de la contabilidad,
en la que los intereses creados por los gestores en materia de contabilidad llegaron
a ser su preocupación legítima, cambió el fundamento epistemológico en el
sentido neo-positivista.
Una vez adoptado este modelo de Marco Conceptual,
las NIIF del IASB y en particular la NIC 1, revisada en 2007, se han convertido
en una concreción del regreso del patrimonialismo a nivel internacional, aunque
es importante aclarar que en esta ocasión se trata de un patrimonialismo
alejado del objetivo idealista de un “beneficio verdadero” y se inserta
netamente, en el paradigma de “utilidad de la información”, en el que se
persigue un ideal distinto, cual es, el de satisfacer las necesidades de los
usuarios de la información financiera.
El paradigma de la
utilidad de la información para la toma de decisiones, surge con George J.
Staubus (1961), basado en trabajos desarrollados por la AICPA “American
Institute of Certified Public Accountants”, en los que se adopta como objetivos
de la contabilidad suministrar información útil para una amplia gama de
propósitos que generan distintos juegos de principios y prácticas contables
para los fines de cada usuario, como son: la llamada contabilidad financiera
(orientada a usuarios externos), la contabilidad de gestión (a la gerencia y
demás usuarios internos), y la contabilidad tributaria (al estado como
usuario).
En
contabilidad, fue Feltham (1968) quien trata por primera vez a la información
aplicable a los sistemas de información contable como si fuera otro bien,
objeto de costos y beneficios. Esta escuela considera al Sistema Integrado de
Información (connotado en las grandes empresas como ERP, o sea, Enterprise
Resources Planning), como una parte del diseño organizativo concreto que sería
necesario articular para asegurar la utilización de unos conocimientos
dispersos entre los individuos de la organización (Hayek, 1945). Un sistema
integrado de información se compone del subsistema de información gerencial y
el subsistema de información contable.
En
el Sistema de Información Contable se distinguen dos procesos informativos: el
circuito denominado contabilidad financiera que vincula órganos operativos con
inversionistas y proveedores y el circuito denominado contabilidad de gestión
que vincula órganos de control con los de decisión y acción. Esta opción, la
cual estaría permitiendo que las tareas contables sean efectuadas por quienes
posean mayor conocimiento para ejecutarlas, obliga a resolver dos problemas que
surgen inherentes a la delegación de decisiones. Por un lado, la asignación de
los derechos de decisión otorgados a una dirección de Contabilidad financiera y
de gestión, y por otro el control sobre la actuación de las personas a las que
se les otorgan, asignados al Control de Gestión.
La Contabilidad
de Gestión es una rama de la contabilidad que tiene por objeto la
captación, medición y valoración de la circulación interna, así como su
racionalización y control, con el fin de suministrar a la organización la
información relevante para la toma de decisiones empresariales (Lizcano, 2003)
inmediatas.
El contenido de la contabilidad de gestión viene
dado por las exigencias informativas para la toma de decisiones que el entorno
ha impuesto a las empresas, referidas a un periodo temporal de corto plazo y
relacionadas con los siguientes temas:
1-
La organización del sistema productivo (subsistema
de control)
2-
La optimización de la capacidad existente
(subsistema de planeación)
3-
La utilización de los medios disponibles
(subsistema de auditoría operacional)
4-
El factor humano (subsistema organizacional)
5-
El aprovisionamiento de los factores corrientes de
la producción (subsistema de contabilidad de costos)
6-
El análisis y la relación de causalidad en las
desviaciones controlables (subsistema presupuestal)
7-
La asignación de responsabilidades (subsistema del
tablero de mando)
La
contabilidad de gestión es la activadora del sistema de información contable.
Es la encargada de generar el ciclo operacional, mantenerlo en funcionamiento y
adaptarlo a las exigencias del contexto, conformado por el mercado y el entorno
social de la organización.
El
Plan de cuentas en la contabilidad de gestión trabaja con pocas cuentas y es de
naturaleza relacionada con los centros de costos, lo cual le hace muy práctico
en términos de la simplificación del trabajo para asignar responsabilidades,
ayudar a controlar los objetivos y realizar los diferentes tipos de análisis
posteriores., El sistema de costes permite conocer el coste de un producto de
una gama de productos de un proyecto y de un departamento, proporciona además la
forma de valorar las existencias de los productos en curso y terminados, el
coste de los productos vendidos y finalmente permitir la toma de decisiones
referentes a los distintos productos y servicios.
Por
lo tanto, el sistema de costes es un componente básico del sistema de
control que permite obtener los
siguientes tipos de informaciones necesarias para la toma de decisiones.
·
Calcular
el punto de equilibrio de la empresa
·
Decidir
si se acepta la realización de un pedido o de un proyecto
·
Determinar
que productos se deben fabricar internamente y que productos es mejor
subcontratar
·
Decidir
qué tipo de productos fabricar en función de la capacidad de producción
instalada
·
Revisar
la rentabilidad de los productos y servicios, para poder eliminar los que no
sean rentables.
A
su vez, la Contabilidad de Gestión requiere del contexto información del
sistema ambiental y del sistema de mercado. El sistema ambiental proveerá los
parámetros sociales, culturales políticos y ecológicos conducentes a la
elaboración de un informe de contabilidad social. El sistema de mercado
proveerá información respecto a los niveles generales de precios tanto
mayoristas como minoristas del mercado particular en que la organización
interactúa, sin dejar de considerar el mercado general, para determinar la
pérdida o no del poder adquisitivo de la moneda.
Con este enfoque de gestión
estratégica de costos en el que se explicitan la consideración de la cadena de
valor, el costo basado en actividades, la gestión de costos de calidad, los
costos generados por el posicionamiento estratégico, el conocimiento de las
causas que generan los distintos rubros del costo, permite desarrollar nuevas
estrategias de ventajas competitivas. También, año tras año, la contabilidad de
gestión tiene una cita ineludible con la elaboración del presupuesto, una de
las herramientas más importantes para gestionar el seguimiento de la estrategia
y la eficiencia de las operaciones organizacionales.
La
situación óptima y más eficiente de la dirección funcional contable en las
pequeñas y medianas empresas se produce cuando además de la coordinación de las
actividades de la contabilidad financiera, existe otro funcionario
independiente (como en cada dirección funcional), subdelegado por el principal
responsable del control de gestión (contralor, controlador o controller), sobre
quien recaería el mayor peso del control de gestión, de manera que se pueda
mantener un sistema coordinado de comunicación y control.
Las
funciones más generales del circuito de la contabilidad financiera incluye unas
tareas administrativas (Muñiz, 2013), son:
-
Políticas
y gestión del circulante
-
Gestión
y negociación con bancos
-
Gestión
del disponible
-
Presupuesto
de tesorería
-
Control
del negocio bancario
-
Estructura
de los fondos propios
-
Estudio
de las condiciones del mercado
-
Gestión
de clientes y proveedores (crédito y cobro).
Las
funciones más especializadas del circuito de la contabilidad financiera (Muñiz,
2013), son:
-
Contabilidad
general y obtención de estados financieros oficiales
-
Gestión
de impuestos, gestión de asuntos fiscales y mercantiles
-
Fuentes
de financiación e inversión de fondos
-
Gestión
de la inversión de fondos sobrantes de tesorería
-
Reputación
financiera de la empresa
-
Obtención
de estados financieros
-
Gestión
y custodia de los activos de la empresa
-
Relaciones
con asesores legales y auditores
Las
funciones propias de la contabilidad de gestión delegadas por el contralor, controlador o controller (Muñiz,
2013) e incluidas como parte del sistema de información contable, son:
-
Contabilidad
de costos y control presupuestario y elaboración del informe comercial
-
Procedimientos
de cierre
-
Elaboración
del informe de control de gestión mensual
-
Elaboración
del informe de control de la gestión financiera
-
Gestión
de inversiones y del inmovilizado no financiero
-
Control
de procedimientos y circuitos administrativos
-
Diseño
y supervisión del sistema de información
-
Verificación,
control y distribución de la información
-
Gestión
del riesgo/crisis de la empresa
La
Contabilidad de Gestión además de proveer información a los administradores
también debe estar diseñada para evaluarla, para ello sigue una nueva
cuantificación del resultado de la organización denominada “modelo de gestión”
que incorpora los resultados no transaccionales provenientes de los efectos del
cambio o no en los precios relativos o ante un cambio o no en el nivel general
de precios, sobre la mera tenencia de activos y pasivos, lo que le permite
evaluar las decisiones de:
- Vender (mantener efectivo o cuentas por
cobrar) o no vender (mantener inventarios de existencias)
- Comprar (mantener inventario de
existencias) o no comprar (mantener efectivo)
- Pagar (no mantener cuentas por pagar) o
no pagar (mantener cuentas por pagar)
- Cobrar (mantener efectivo) o no cobrar
(mantener cuentas por cobrar)
El modelo de gestión
permite informar y analizar por igual tanto los resultados como las decisiones,
para las distintas áreas de responsabilidad, unidades de negocios y complementa
la evaluación del desempeño de los administradores de las distintas áreas. Produce
información de mayor nivel de desagregación lo que hace factible la elaboración
continua y en tiempo real de reportes y tableros de comando. Vincula las
estrategias de la organización con la estructura de costos permitiendo ello
mayor supervisión de los gerentes de las unidades de negocios y profundización
del control de los costos.
La
función más general de la contabilidad de gestión es la de producir el informe
o reporte de control para la dirección y los diferentes responsables, lo cual
debe incluir los diferentes estados financieros y los factores clave de gestión
interna, analizando sus desviaciones. Los aspectos más generales de este
informe comprenden:
·
Elaborar
el análisis mensual del informe de control de gestión, cuentas de explotación,
balance, presupuesto de tesorería y el cuadro de indicadores clave de gestión
para cada departamento
·
Reportar
la información de control de gestión a la dirección y a los diferentes
responsables, prestándoles su apoyo en la elaboración y ejecución del planes de
mejora
·
Realizar
el control de la estructura financiera mediante el análisis del coste del
capital, del apalancamiento financiero, del endeudamiento, del riesgo
financiero y del cuadro de ratios del análisis económico financiero
·
Realizar
el control de la liquidez mediante el análisis del presupuesto o plan
financiero a largo plazo, del periodo medio de maduración y del análisis de la
gestión bancaria
·
Realizar
el control de los gastos financieros presupuestados con los reales, analizando
las desviaciones
·
Verificar
el control de la gestión de tesorería mediante el análisis de desviaciones del
presupuesto previsional de tesorería mensual con el real
·
Supervisar
la elaboración del informe de indicadores o ratios de la gestión financiera
El
control presupuestario a cargo de la contabilidad de gestión consiste en la
medición de la ejecución presupuestaria respecto del presupuesto, a través de
la elaboración de planillas explicativas de la variación presupuestal y de la
ejecución parcial y acumulativa con variaciones numéricas en pesos y
porcentuales respecto al presupuesto original y al pronóstico.
El
sistema de control interno es otro elemento muy importante ya que de él va a
depender en buena parte que la información, por un lado y, las operaciones por
el otro, sean válidas y reales. Aunque un sistema de control interno es más
relacionado con trabajos y procesos del área de administración y finanzas, los
procedimientos y controles son extensibles a otras áreas en función de las
necesidades y riesgos. Es decir, la sola cobertura en administración y finanzas
hace del control interno un sistema vulnerable en la medida en que los
individuos no cumplan con las normas y requisitos que de él emanan. En general,
el control interno tiene como principales objetivos:
·
Diseño
de procedimientos para la salvaguarda de los activos de la empresa, la
fiabilidad de la información existente y el cumplimiento de la legislación
vigente
·
Control
del cumplimiento de los procedimientos aprobados
La contabilidad de gestión se orienta por tanto, a
la toma de decisiones por los órganos internos de la organización en un
horizonte temporal de corto plazo. Entre las decisiones a tomar, relacionadas
con los temas mencionados, se pueden señalar los siguientes:
aa)
Aceptar o rechazar pedidos, basándose en:
·
La asignación de costes
·
La capacidad disponible, etc.,
bb)
Jerarquizar las decisiones ante la elección de dos
o más opciones competitivas, a llevar a cabo con unos recursos escasos:
·
Fabricar parcialmente un producto, o comprar.
·
Eliminar un producto, una zona de ventas, etc.
·
Determinar el programa óptimo de fabricación, etc.
cc)
Tomar las acciones correctivas ante las
desviaciones para el logro de los objetivos.
2.2.
El Control de
Gestión
Al control de gestión
se le puede definir como el proceso que mide el aprovechamiento eficaz y
permanente de los recursos que posee la empresa para el logro de los objetivos
previamente fijados por la Dirección. También podría decirse que el control de
gestión es un sistema creado por la dirección de la empresa para obtener las
informaciones necesarias, fiables y oportunas, que le permita tomar decisiones
operativas y estratégicas. El concepto de control de gestión, engloba, además
de la contabilidad de gestión, la planificación, la alineación y la
implementación de la estrategia, el control los sistemas de incentivos y la
toma de decisiones.
Conceptualmente, el
objetivo fundamental del control es tratar de llevar a cabo acciones
correctoras, apoyados en el cálculo de las desviaciones o desajustes respecto a
las previsiones propuestas, tanto en el plano temporal a corto plazo como el de
largo plazo, independientemente del entorno que rodee a las empresas. De ahí
entonces, se requiere la existencia, entre ambos planos, de una coordinación,
un control de enlace o de eficacia (López, 2003).
Es
al principal funcionario responsable del control de gestión (llámese contralor,
controlador o controller) a quien corresponde la coordinación entre un control
operativo de corto plazo y un control estratégico a largo plazo. Del mismo modo
como las direcciones funcionales de las organizaciones suelen participar tanto
en el control operativo, cuando preparan resúmenes e informes a la Alta
Dirección y, en el estratégico cuando presentan y discuten los problemas
creando un ambiente de participación de todo el equipo humano de la empresa,
así también el contralor realiza funciones similares a la de Dirección, pero en
una actividad más específica, esto es, la información y su entorno.
El
contralor más que ser un mero jefe de la gestión contable, es por excelencia el
eje central de transmisión de la mayor parte de la información que se difunde
por la organización, siendo el máximo responsable de su recopilación,
tratamiento, distribución y comunicación (López, 2003). El controller más que
suministrar los criterios económicos que se han de adaptar a las funciones
directivas, realiza una valoración de las tareas, procesos y funciones,
simplificando siempre el aprendizaje por parte de los recursos humanos de la
empresa.
De
manera resumida, (Muñiz, 2013) las actividades del contralor, controlador o
controller tiene que ver primordialmente con:
TAREAS
DE DISEÑO
·
Diseñar los
diferentes instrumentos del sistema de control de gestión de modo que pueda
suministrar información fiable, oportuna y significativa, para entregarla a los
diferentes responsables con el objeto de poder apoyar la correcta toma de
decisiones
·
Diseñar los sistemas
de contabilidad de costos y conseguir la aprobación de los mismos
·
Contribuir al diseño
de la estructura organizativa mediante el desarrollo de los centros de
responsabilidad y diseñar los soportes para realizar los presupuestos
·
Diseñar el sistema de
información de la empresa y as tecnologías a aplicar en el mismo
·
Coordinar y
participar en todo el proceso de realización de la planificación estratégica,
presupuestaria y financiera a largo plazo
·
Realizar el control
de riesgos o posibles crisis de la empresa mediante el seguimiento de los
mismos
TAREAS DE
COORDINACION
·
Coordinar y controlar
los presupuestos de la empresa, es decir, asegurar que los objetivos generales
establecidos por la Alta Dirección para el futuro tengan un reflejo correcto y
adecuado en los presupuestos futuros
·
Desempeñar un papel
de coordinador entre la dirección general y las direcciones funcionales. Aquí
se considera al controller como un asesor de la Alta Direccion cuyos informes
sirven de contraste ante los emitidos por las distintas direcciones funcionales
y de síntesis para el resto de la empresa
·
Coordinar las
reuniones mensuales entre la Alta Dirección y los diferentes directivos
responsables
TAREAS DE REALIZACIÓN
·
Realizar el control
presupuestario y de los objetivos fijados, mediante el análisis de las
desviaciones producidas, conjuntamente con los directores funcionales y en
función de este análisis se tomarán una serie de decisiones para corregir las
desviaciones
·
Realizar un análisis
de las tendencias de los indicadores
clave de gestión en el presente y para el futuro
·
Realizar el informe o
reporte de control de gestión para la Alta Dirección y para los diferentes responsables
que debe incluir los diferentes estados financieros y, los factores clave de
gestión de la empresa, tanto internos como externos, analizando sus
desviaciones
TAREAS DE EVALUACION
·
Supervisar el
personal a su cargo y coordinar el trabajo
del personal de otros departamentos relacionados con el mismo, siendo
estas parte de la tarea de dirección del departamento de control de gestión,
·
Evaluar de forma
permanente las tendencias tecnológicas, económicas y sociales del entorno,
analizando su incidencia en la empresa y advirtiendo a la Alta Dirección de
cualquier contingencia, problema u oportunidad que pueda afectar positiva o
negativamente la marcha de la misma
·
Analizar la
viabilidad de las decisiones estratégicas de la empresa como nuevas
inversiones, nuevos mercados, nuevos productos, etc., participando en la
planificación financiera.
·
Realizar el informe o
reporte de control de gestión de la empresa como documento básico de la
consecución de logros y objetivos, siendo este el resumen final del sistema de
información
La aplicación del
sistema de control de gestión se distiende en tres niveles que deben seguir un
orden: primero, debe existir una condición mínima de control que indica cómo
evoluciona la empresa en la actualidad, segundo, se debe contar con un control
presupuestario capaz de dar respuesta a lo que pasará en el corto plazo y, por
último, se debe obtener una gestión integrada que señalará cómo evolucionará la
empresa en el largo plazo.
Los objetivos del
control de gestión están ligados al desarrollo del sistema de información que
posea la empresa en el sentido de la elaboración y determinación de un análisis
diagnostico permanente, tanto retrospectivo como prospectivo. Entre otros
objetivos se tienen:
OBJETIVOS (Muñiz, 2013)
|
ACCIONES (Amat,
1996)
|
Facilitar el
alineamiento de los objetivos organizacionales con la estrategia
|
Establecimiento de un sistema de planificación estratégica
a largo plazo.
Desarrollo de un sistema de control a
corto plazo mediante el informe de gestión
|
Señalar las
fortalezas y debilidades de la organización
|
Evaluación del grado de implantación del
sistema de planificación estratégica.
|
Estimular el
mejoramiento del desempeño de la organización y de los individuos
|
Racionalización de las estructuras
jerárquicas y funcionales de la empresa.
Atribución de responsabilidades a los
diferentes responsables mediante el establecimiento de objetivos y su
posterior cumplimiento
|
Proponer pautas de
aproximación hacia la calidad total
|
Optimización del funcionamiento interno
del sistema de información, los circuitos administrativos y la forma de
transmitir la información.
Control de la evolución de la empresa
desde un punto de vista de evaluación de valores económicos e indicadores.
|
Buscar variables
significativas para generar indicadores útiles en los cuadros de mando
|
Desarrollo de un sistema de control
mediante el informe o reporte de control de gestión que permita medir los
aspectos clave del negocio.
Control de la evolución de la empresa
desde un punto de vista de evaluación de datos económicos.
|
Monitorear la
gestión en pro de la gestión efectiva
|
Medición de la eficacia de la gestión en
las estructuras jerárquicas y funcionales de la empresa.
Medición de la actuación de los diferentes
responsables mediante el establecimiento de objetivos y su posterior
cumplimiento
|
Los objetivos del Control de Gestión
La planeación
presupuestaria es otro elemento muy importante en el control de gestión.
Consiste en la definición de objetivos y estrategias de coyuntura (a corto
plazo), cuyos contenidos, planes y políticas deberán necesariamente estar
enmarcado en el Planeamiento Estratégico. Un presupuesto es un plan integrado y
coordinado, expresado en términos monetarios y no monetarios, respecto a metas,
procesos, funciones, actividades, recursos financieros y no financieros y
resultados de una organización, para un determinado periodo de tiempo, lo que
permite adoptar las estrategias necesarias, para lograr los objetivos fijados
por la gerencia.
El marco presupuestario
se compone de cuatro elementos de partida básicos: el análisis interno y del
entorno de la empresa, la obtención de los objetivos a conseguir, la
realización de un presupuesto patrón o inicial y realización del informe de
objetivos cuantificados ya antes establecidos por la planeación estratégica.
Un ambiente de
control, tal como es estudiado por la especialidad de la auditoria, es el que
se genera en una organización que se caracteriza por su conocimiento
institucional apriorístico y participativo de la estructura organizacional, su
plan estratégico y sus sistemas integrados de información. Un ambiente de
control permite la aplicación de los planes de control, el trabajo grupal y la
evaluación y cuestionamiento de los mandos básico, medio y directivo.
El Modelo de
Evaluación del Desempeño (Performance Management) es un instrumento que permite
medir y corregir acciones tanto de los individuos como de las organizaciones
para asegurar que cumplan con los objetivos previstos. Todo control sin
evaluación del desempeño es un control retrospectivo entre lo que se hizo y lo
que debió hacerse, donde la observación y la retroalimentación son las
habilidades destacadas. Un control con evaluación del desempeño es un control
prospectivo entre lo que se hace y lo que debe hacerse, donde el planning y el
coaching son las habilidades más requeridas.
La imbricación del
sistema de información gerencial (Planeamiento estratégico, modelo de
evaluación del desempeño y el control de gestión) con el sistema de información
contable (contabilidad de gestión, contabilidad administrativa y contabilidad
financiera) configura un sistema integrado de información. Un sistema integrado
de información revela o explicita la información financiera y no financiera en
la forma de reportes tanto para dentro de la organización (usuarios internos)
como para fuera de la organización (usuarios externos)
Los reportes de los
sistemas integrados de información proveen información bajo la forma de
variables o de indicadores, útiles para la elaboración de informes (Ostego,
2006). Dentro del concepto del Control de Gestión, los informes más demandados
son.
·
Informes con base
económico-financiero–patrimonial, también denominados Estados Contables
·
Informe de negocios o
Business Reporting
·
El Balance Social
·
El Balance de Calidad
·
El Tablero de Comando
·
El Cuadro de mando
Integral (informe de los informes)
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
1.
La Contabilidad Pura o General
La
contabilidad pura se ha ido formando en el tiempo como programa paradigmático
bajo el influjo de dos corrientes: por una parte, la contabilidad inductiva,
del empirismo lógico original en el cual se parte de la observación para llegar
a la teoría sin ningún tipo de contestabilidad y, por la otra parte, la
contabilidad deductiva que surge en la época en la que el Circulo de Viena y
más concretamente Popper (1968), enuncia la refutabilidad de las teorías que
permite pasar de la teoría a la observación.
.
Respecto
a lo inductivo Baithwaite (1953) dice que el conocimiento científico requiere
de una determinada estructura que se concreta en los que Carnap (1956) denomina
inobservables, observables y regla de correspondencia y que Hempel (1965) llama
principios puente. Aquí, no existen leyes universales válidas para todos los
modelos de las teorías. Se llaman leyes empíricas aquellas que describen las
condiciones de lo físicamente posible y que contienen términos directamente
observables por los sentidos o medibles mediante técnicas relativamente
simples. Las leyes teóricas son aquellas leyes abstractas que no se refieren a
observables.
Con
la llegada de la posible refutabilidad de las teorías como criterio de
demarcación de la construcción del saber científico se pasa al sistema
deductivo de las ciencias que consiste en contrastar las teorías, sometiéndolas
a la crítica y si fuera preciso reemplazarlas antes de admitir los juicios de
valor de las afirmaciones teóricas del investigador al referirse a las
observaciones, que pueden entrar en conflicto con ellas, ello como canon de
validez que ahora distingue el carácter científico de las teorías.
Para
caracterizar la Contabilidad como ciencia, el profesor Mattesich (1966)
establece que sus cuatro componentes fundamentales son:
a.
Hechos
observables, que aquí se refieren a los objetos económicos reales, tangibles e
intangibles y a los objetos económicos financieros como los derechos y
obligaciones. También son observables los agentes económicos colaboradores para
el desarrollo del mundo económico, como lo son las personas implicadas en la
actividad económica. Además, son observables las transacciones o cambios de
situación entre los agentes y los objetos económicos.
b.
Las
hipótesis fundamentales, también llamadas inobservables por Carnap, aunque en
este punto, la contabilidad tropieza con algunas deficiencias debido a su
carácter teleológico normativo, pues si bien es posible enunciar múltiples
hipótesis especificas o proposiciones básicas comunes a todos los sistemas
contables, la mayoría de las decisiones que se toman en contabilidad están
condicionadas por los objetivos específicos que se persigan, por ejemplo,
mientras determinada hipótesis sea válida para asuntos económicos, puede que no
lo sea para los asuntos financieros, administrativos, jurídicos, fiscales, los
cuales requieren de hipótesis distintas.
De ahí resulta explicable la pléyade de intentos de axiomatizar la
teoría contable, en la década de 1970, para enrumbar el descontento disciplinar
que generaba el marco de normas y principios erigido por asociaciones gremiales
privadas. En tal circunstancia, agrega el Profesor Mattesich (1966) deberían
formularse algunas de estas proposiciones compatibles con objetivos específicos
de tal modo que permitan insertar hipótesis empíricas orientadas.
c.
La
conjunción de ambas, relación de correspondencia o reglas de transformación de
Carnap, que permite vincular los inobservables de un enunciado teórico con los
términos referentes a observables, los cuales constituyen la base de las leyes
empíricas, con el fin de que los inobservables sean contrastables, ya que si no
existen relaciones de correspondencia o transformación las teorías carecerían
de valor explicativo, lo cual sería violatorio del principio de contrastación.
En contabilidad se concreta la sustitución de los postulados teóricos de una
teoría por un conjunto de variables y sus correspondientes reglas lógicas de
combinación de manera que lo que surja conserve el mismo poder retrodictivo,
explicativo y predictivo del sistema original. Por ejemplo, F(Kim, Kjn, t2) = Vij2 es una relación que le
asigna un valor que denominamos Vij, al par ordenado (KI, Kj) en un determinado
espacio de tiempo t2,.
d.
La
deducción de consecuencias observables. A las complementariedades de Carnap,
Mattesich agrega: el proceso deductivo en contabilidad es innegable, evidente,
porque en contabilidad se actúa sobre hechos que adecuadamente combinados con
hipótesis específicas, permiten, mediante un conjunto de operaciones basadas en
leyes lógicas, obtener consecuencias que también son observables, es decir, que
los datos generados por la contabilidad deben corresponder a hechos
observables, todas de cuyas conclusiones deben poderse contrastar tanto desde
la partida hasta la llegada. En conclusión, la contabilidad pretende
desentrañar una realidad, explicitarla en forma veraz, estudiando su
objetividad, esto es, en adecuación al objeto perseguido. La racionalidad de la
contabilidad se refiere a las conclusiones que puedan extraerse cuando
siguiendo un conjunto de reglas lógicas, ella opera sobre hipótesis empíricas.
Esto implica que deba realizarse una muy clara distinción entre lo que es una
hipótesis científica y lo que son hipótesis pragmáticas. Cuando esto no fuese
el caso, una teoría científica que solo podría ser refutada podría verse
invalidada por la aparición de otras hipótesis competitivas que proporcionan
mayor rendimiento, es decir el camino seguido para la refutación de hipótesis
contables a veces resulta tan precario como los medios a utilizar para ello.
Como ha dicho Requena (1986) “una vez precisados los hechos observables así
como el alcance de las hipótesis fundamentales, la contabilidad adquiere una
configuración teórica especial cuya circunstancia es frecuentemente tomada de
modo erróneo como reglas contables e incluso en ocasiones como auténticos
principios de contabilidad, tratándose apenas de meras proposiciones
restringidas a campos limitados de acción.
El
nuevo enfoque estructuralista comparte la visión semántica general de que las
teorías deben ser concebidas como un conjunto de modelos que se aplican a
ciertos dominios físicos o empíricos. Los modelos de una teoría son las
entidades (estructuras), donde se cumple la teoría. Ellos son entidades del
tipo lógico-representacional, que no forman parte de las teorías objeto de
reconstrucción ni tampoco pertenecen al mundo fáctico. Bajo la lupa del
estructuralismo, quedan por fuera los procesos de idealización de la
experiencia, la función del experimento y toda pretensión de relacionar teoría
y realidad.
La
concepción estructuralista de las teorías empíricas presenta una axiomatización
informal sobre los modelos, basada en la posibilidad de identificar leyes
fundamentales y luego generalizarlas a cualquier tipo de teoría con aparato
conceptual y matemático, que permita definir el elemento teórico de una red
teórica arbórea. Aquí, el ámbito empírico parece desvanecerse una vez se haya
puesto en marcha una primera teoría, a partir de la cual podrán surgir nuevas
teorizaciones sucesivas respecto a ese ámbito o dominio de los individuos, como
sería el caso de la siguiente secuencia:
·
Teoría
de la circulación económica de la empresa
·
Teoría
de la medición y la valoración contable
·
Teoría
de la representación y coordinación contable
·
Teoría
de la agregación contable
Sin
embargo, ante la irreconciliable posibilidad de construir una Teoría General de
la ciencia contable, la única garantía de permanencia de la concepción
estructuralista se encuentra por el lado del coherentismo. La Teoría
Coherentista de la justificación epistémica acepta como una propiedad de las
creencias su coherencia con la totalidad
o mayor parte de las creencias de un conjunto coherente.
En
el desarrollo del programa paradigmático de la Contabilidad Pura, ha influido
de manera fundamental la Crítica Social. Atendiendo a que el mayor volumen de
la producción intelectual contable y a que su carácter ha estado
mayoritariamente vinculado con problemáticas del interés social, en este
estudio se concluye que el programa paradigmático de la Contabilidad Pura y en
particular las corrientes denominadas por Calafell (1971): Contabilidad
Inductiva y Contabilidad Deductiva, se asientan en la Teoría Crítica.
El
fundamento de la metodología de investigación de la Teoría Crítica se deriva de
la dialéctica y el análisis histórico y como tal las tesis derivadas están
particularmente interesadas en explorar las posibilidades de transformar el
orden social buscando un mayor grado de humanización, o
"antropogénesis" e, insisten en que las praxis y los intereses
teóricos y extra-teóricos que se dan en determinado momento histórico, son el
punto de vista a partir del cual se organiza el conocimiento científico y los
objetos de dicho conocimiento.
2.
La Información como perspectiva de la
contabilidad
Desde
la enunciación de la partida doble en1494, la contabilidad había venido siguiendo
un proceso de desarrollo en el que sucesivamente todas las formas de
contabilización estuvieron preocupadas con la recolección y análisis de la
información contable y la comunicación de esta información a quienes la
requiriesen para tomar decisiones sobre el rumbo de los negocios, concepciones
y características estas de ciencia normal, que dicho sea de paso, desde los
tiempos primeros, permitía una unificación de las teorías científicas y en
definitiva de los científicos.
Esencialmente, la
Contabilidad Financiera, tal como la conocemos hoy, apenas ha sido objeto de
adaptación al planteamiento
de la perspectiva de la contabilidad como información y su propuesta de
solución a problemas de asignación de recursos. Las otras novedades asumidas
han sido los modelos de contabilidad financiera y bursátil que han sido dados
llamar como Teoría Positiva de la Contabilidad y el desarrollo de una
Contabilidad a Valor Razonable.
La
parcela contable de la Teoría Positiva de la Contabilidad comparte las
suposiciones de la teoría neoclásica
sobre los costes de las transacciones y la conducta oportunista de los
individuos, pero no acepta la suposición de una racionalidad económica
orientada al máximo nivel de beneficios ni que las partes puedan evaluar todos
los mutuos supuestos Entiende, más bien, que los individuos acceden a contratos
no completamente ilimitados ni totalmente incompletos en los que persiguen
acuerdos óptimos dado un coste óptimo de transacción (Baiman, 1990).
Dentro
de estos trabajos sobresalen los modelos de contabilidad financiera y bursátil
denominados
-
Modelos de información económica (FELTHAM, 1968).
-
La teoría de la agencia (JENSEN Y MECKLING, 1976).
-
Modelo de precios de activos financieros CAMP/hipótesis de eficiencia de
mercado HEM (WATTS Y ZIMMERMAN, 1978).
La novedad más reciente en la Contabilidad
Financiera es la adopción del valor razonable planteado por las Normas
Internacionales de Información Financiera. El valor razonable puede definirse
como el precio del mercado, o en ausencia de este, como una estimación que se
le aproxime suficientemente.
El valor razonable se ha definido por primera
vez en el FASB en 1976, en la norma de contabilidad financiera FAS 13
(contabilización de arrendamientos). El IASC menciona por primera vez el valor
razonable en 1982 en la NIC 17 (contabilización de arrendamientos). Sin
embargo, solo hasta 2012 ambos organismos normatizadores llegaron a un acuerdo
sobre el uso del valor razonable, lo cual encontramos recogido en la NIIF 13 (medición
del valor razonable).
En relación con la
Contabilidad de Gestión, su estado actual materializa un proceso de
superposición de la Teoría de la Agencia (TPA), la Teoría del Costo de
Transacción (TCT) y el Nuevo Institucionalismo Económico (NIE).
La Teoría de la Agencia
o Teoría del Principal-Agente (TPA)
se refiere a una manera de revelar los conflictos de intereses entre los
usuarios de la información. Este conflicto de intereses ente un Principal y un
Agente surge en la situación de asimetría de la información ente estas dos
partes. En condiciones de mercados imperfectos y ante la eventualidad de
enfrentar un riesgo moral, un contrato eficiente con el Agente habría de ser un
arreglo de pago por desempeño, lo cual lleva a la necesidad de una vigilancia y
un sistema de medición del desempeño integrada a un sistema de
información.
El contenido de la
información en un entorno de valoración no implica igual contenido en un
entorno de evaluación (contratación) de ejecutivos, ni a la inversa. La lógica
es que la contabilidad deba probar un servicio de agregación de valor centrada
en las valoraciones del mercado, que sea crucial para informar a la gestión y a
los usuarios externos sobre la ventaja comparativa de la empresa.
La
Teoría de Costo de las Transacciones
(TCT) se refiere al análisis entre los costos de coordinación libres de riesgo
al gestionar y coordinar la forma de uno de los contratos (de fabricación),
establecida a través de transacciones por separado en el mercado y, el costo de agregación de todas las relaciones
de coordinación organizacional formado entre todas las contrataciones de las
mismas operaciones. El ahorro significativo o potencial de ganancias mediante
la reducción de los costos de transacción es visto como una oportunidad para
crear beneficios incrementales y costos reducidos de los productos (Williamson,
1979).
La
TCT supone que el individuo tiene una conducta oportunista pero no asume que
tenga capacidad ilimitada para procesar información. Spraakman (1997) señala
que la TCT está preocupada en el diseño de métodos de organización interna que
reduzcan los costes de las transacciones, pero sin que reduzcan la racionalidad
limitada del cómo deciden satisfacerse los individuos.
El
Nuevo Institucionalismo Económico (NIE)
está basado en la premisa de que las organizaciones responden a las presiones
de su entorno institucional y adoptan estructuras y/o procedimientos que son
aceptados socialmente como la opción organizativa adecuada. Meyer y Rowan
(1977), refiriéndose a la contabilidad tradicional, argumentan que muchos
elementos de la estructura formal de las burocracias funcionan como mitos y
citan como ejemplo la contabilidad. También sostienen que los mitos de los
procedimientos generalmente aceptados, proporcionan una defensa contra la percepción
de la irracionalidad y una mejora continuada para recibir el apoyo de los
proveedores con recursos externos.
En
todos estos casos de la contabilidad financiera y de gestión, se da menos
importancia a la influencia de teorías anteriores y se concede una gran
importancia al papel del experimento para la construcción y el desarrollo de
las teorías, por lo que podremos categorizarlos de neopositivistas. No así va a
suceder con el Control de Gestión, que es una nueva parcela surgente en la
misma ruptura epistémica en la cual, se empieza a considerar que la
contabilidad y la ciencia en general se componen tan solo de hipótesis que se
confirman mediante la deducción lógica o la experimentación empírico analítica.
La
base conceptual del Control de Gestión la irá a configurar la Teoría
Contingente o Situacional (TC), el Viejo Institucionalismo Económico (OIE) y la
Teoría Institucional de la Sociología (ITS). Metodológicamente hablando, se trabaja
a partir de lo general, desagregando y particularizando hasta donde sea
necesario, lo que impele a categorizarlo como del constructivismo social.
La
Teoría de la Contingencia Racional surge
a mediados de la década de 1950 en Europa (Burns y Stockers, 1961) y es llevada
a Estados Unidos principalmente a Harvard- por Lawrence y Lorsch (1967) y
Thompson (1967), explicando que no hay una estructura ideal, sino criterios
para responder a esos factores del entorno, en los que cada organización tiene
sus propias contingencias, sus riesgos, su incertidumbre y sus restricciones.
Sostiene como
supuesto básico que los principios de organización no son absolutos. Las
organizaciones deben ajustarse sistemáticamente a las metas colectivas y a los
objetivos humanos individuales. Los aspectos universales y normativos deben
sustituirse por el criterio de
adecuación entre organización, ambiente y tecnología. Los demás factores como
tareas, estructura organizacional y personal, aunque son importantes, provocan
un menor impacto sobre las características organizacionales desde la perspectiva
de la eficiencia y la eficacia.
En el enfoque
situacional, la relación entre las variables independientes (ambiente y
tecnología) y la dependiente (las técnicas administrativas) no implica una
relación causa efecto sino una relación del tipo “si…entonces” que debe
especificarse constantemente y que conlleva un aspecto proactivo mejorador de
la eficiencia de la práctica administrativa situacional (Lawrence y Lorsch,
1972).
El
autor pionero del Viejo Institucionalismo
Económico (OIE) es Thorstein Veblen (1904), quien define la institución
como los hábitos de pensamiento común establecidos a la generalidad del ser
humano, por su parte Walton Hamilton (1932) la connota como una forma de acción
prevaleciente y permanente, integrada en los hábitos de un grupo o en las
costumbres de un pueblo. Así, es probable que este haya sido visto como el
punto de partida más útil para el entendimiento de las prácticas de la
contabilidad de gestión como rutinas institucionalizadas, en vez de
procedimientos racionalmente óptimos para la maximización de la riqueza del
propietario.
John
R. Commons (1950), define a la institución como la acción colectiva en el
control, la liberación y la expansión de la acción individual. Cada institución
está regida por su propio conjunto de reglas, que deben cambiar constantemente
e indican lo que puede, debe o no debe hacerse, u obligar a hacer a los
individuos, mediante estímulos y sanciones. Herbert Simon (1955), destaca en su
concepto de racionalidad limitada que los individuos deben solo satisfacer
porque no tienen la capacidad para maximizar y en línea con esta visión,
argumenta que la satisfacción puede ser vista como una conducta basada en
reglas.
La
OIE y la NIE ofrecen explicaciones en términos de eficiencia, mientras que la Teoría
Institucional de la Sociología (ITS), aunque no exclusivamente, ofrece
explicaciones en términos de legitimidad (Williamson, 1979, 2000). La ITS
sugiere que las organizaciones adoptan nuevos diseños con el fin de ajustarse a
los requerimientos sociales o institucionales y, por lo tanto, para convertirse
en legítimos. La legitimidad es "una percepción generalizada o asunción de
que las acciones de una entidad son deseables, propias o apropiadas dentro de
un sistema socialmente estructurado de normas, valores, creencias y
definiciones "(Suchman, 1995, p.574).
En
la ITS, la Institucionalización de las
prácticas de gestión pueden ser vistas como "un proceso que implique la
creación de la realidad" (Scott, 1,987, p.505). El concepto del
emprendimiento institucional es útil en la exploración de cómo los actores
instituciones dan forma a las instituciones emergentes y transformar las
existentes, de tal modo que los otros grupos sociales en el campo, acuerdan
cooperar en el proceso de cambio (Greenwood et al, 2002) y tratar de conectar
las nuevas prácticas de reglas (las técnicas) y rutinas (los procedimientos) y
valores (Maguire et al., 2006), con los grupos de interés.
Tienen
en común el neopositivismo y el enfoque del Control de Gestión no otorgar de
una sola vez y para siempre la posible validez de las teorías, ya que siempre
puede aparecer algo que la invalide. El resultado favorable de cualquier
proceso de contrastación nos permite obtener una prueba más de que la teoría es
cierta, es decir, que tienen un mayor apoyo ya sea empírico o teórico pero no
quiere decir que sea cierta completamente.
Para
el anclaje de la estructura externa de las teorías con la realidad, o lo que es
lo mismo, el aspecto semántico, se considera que una teoría está compuesta por la
definición y la hipótesis. La primera son las especificaciones de aquellos
modelos intencionales que hacen parte de una familia de estructuras que
describe o interpreta los fenómenos a idealizar y, la segunda, consiste en la
afirmación de que ciertos sistemas o tipos de sistemas reales pertenece a la
clase que define. En el caso de que la hipótesis deba ser rechazada, una nueva
hipótesis puede ser diseñada sin la perdida de la definición teórica de la
partida.
La
definición teórica proporciona una serie de sistemas o modelos teóricos al
tiempo que una aserción o hipótesis empírica afirma que cierto modelo de datos
(un sistema real o fenómeno) tiene determinada relación (de identidad, de
aproximación, subsunción, etc.) con uno de los modelos teóricos. Cuando se
forma un nuevo hecho, lo que quiere destacarse es la emergencia de su magnitud
con sus propias cualidades o propiedades emergentes. La emergencia de hechos
nuevos tiene lugar conjuntamente con la desaparición de otros hechos viejos.
Aquí
entonces, para definir un tipo de sistema físico, se especifica el conjunto de
estados que puede adoptar el sistema. Formalmente, lo que se especifica es una
colección de entidades matemáticas (números, vectores, funciones) que es usada
para representar esos estados, una estructura matemática que puede representar
el conjunto de todos los estados de un sistema físico o un tipo de sistema
físico cuya estructura topológica será relativa a la teoría objeto de
reconstrucción.
Por
todo lo anterior pues, en este estudio se concluye que el programa
paradigmático de la “perspectiva de la contabilidad como información”, como le
llaman Christensen y Demski (2003) y en particular las corrientes denominadas
Contabilidad Financiera y de Gestión y el Control Contable, se asientan en la
corriente antropológica del Funcionalismo.
La
idea principal del funcionalismo es la de que cada uno de los componentes e
instituciones sociales se relacionan entre sí dentro de un sistema en el que
cada uno tiene una función. El fundamento de la metodología de investigación
del Funcionalismo se deriva de la interpretación y del diseño normativo. En el
funcionalismo, una vez que el investigador ha descubierto las estructuras
inherentes o “invariantes dinámicas” de una evolución histórica, estas pueden
ser utilizadas para predecir el desarrollo futuro del objeto de estudio.
CONCLUSIONES
Hecha
esta indagación sobre la caracterización de los programas paradigmáticos
vigentes de la contabilidad podría pensarse en la utilización de un modelo
conceptual capaz de reducir el problema a su núcleo manteniendo una visión de
la ciencia contable como una totalidad.
Es
en esta totalidad del estado actual de la ciencia de la contabilidad que
resulta posible la representación (Figura 1) en un modelo espacial ortogonal (o
de ejes perpendiculares) las tres cualidades de coherencia más reconocidas
entre los programas paradigmáticos de la ciencia contable: (P) la postura del
investigador ante el problema, (V) su visión metodológica y (T) el impacto de las teorías. Estas tres
cualidades o variables pudieran asumir en la mente de cada cual diversas
graduaciones configurantes de diversos sólidos geométricos PVT, seguramente más
veces colapsados que rectos.
Tomando
como primera dimensión la profundidad
o longitud, representamos en ella la postura del investigador frente al
problema (P). Esta postura puede ubicarse entre dos extremos: el subjetivismo y
el objetivismo.
En
el subjetivismo, la realidad depende de la consciencia humana y lo subjetivo se
refiere a lo arbitrario, lo irracional, lo ciegamente emocional. La verdad
varía de consciencia a consciencia al variar los procesos que afronta cada cual
y para llegar al conocimiento basta con que la persona vuelque su atención
hacia dentro de sí, consultando los contenidos relevantes de su consciencia. En
la más antigua versión, los sentimientos de cada hombre crean un universo
privado para sí, más en la era del subjetivismo social, es la conciencia de
grupos la que crea la realidad y no hay razón para una única estructura mental
común a todos los hombres.
En
el objetivismo, la realidad es independiente de la consciencia y los individuos
utilizan la razón procesando los datos percibidos para adquirir conocimiento y
el modo de conocer el mundo. Los valores y conceptos son objetivos y podrían
estar determinados por la naturaleza de la realidad pero deben ser descubiertos
por la mente del hombre. El hombre debe interactuar con la realidad
comprendiéndola, asumiendo las limitaciones propias e interactuando con ella de
acuerdo con la propia capacidad para realizar cambios materiales consistentes
con los deseos racionales propios. El realismo filosófico es de mucho parecido
al objetivismo.
Como
segunda dimensión tomemos la altura o
altitud, con la cual representamos la visión metodológica (V) del investigador
para estudiar el problema. Esta visión puede ubicarse entre dos extremos: el
inductivismo y el deductivismo.
En
el inductivismo, los problemas pueden originarse por la observación y la
experiencia directa en la participación social del investigador y también por
el examen problematizado o crítico sobre una teoría sustantiva que lo trate. La
inducción consiste en un proceso de generalización o de inferencia de una
determinada clase, a partir de la aplicación del método lógico inductivo
compuesta por 4 etapas: observación y registro de todos los hechos, análisis y
clasificación de los hechos, derivación
inductiva de una hipótesis y, contrastación de la hipótesis.
En
el deductivismo, los problemas tienen su origen en la realidad y/o el
conocimiento que se refiere a ella. La deducción consiste, en desarrollar una
teoría partiendo de unos enunciados axiomáticos no demostrables o de unas
hipótesis contrastables, de cuyas consecuencias medidas con la ayuda de
instrumentos científicos, derivan otros enunciados apoyados en teorías formales
subyacentes. Aquí, se admite que un primer análisis deductivo de carácter
universal puede proporcionar una mejor comprensión que el análisis estadístico
y el conocimiento empírico.
La
tercera dimensión de nuestra figura
geométrica es la anchura o latitud, con la cual representamos el impacto de la
teoría o de la necesidad de transmutación (T) del sistema social del
investigador. Esta transmutación puede ubicarse entre tres extremos: el cambio
revolucionario, el cambio planeado y el cambio evolutivo.
Los
dos primeros tipos de impacto, el cambio revolucionario y el cambio planeado
junto con sus instrumentales disponibles propios de la metodología de la
investigación en las ciencias sociales, la crítica y el funcionalismo, han sido
de largo conocidas en nuestro medio.
El
cambio evolutivo por su parte, se refiere a una nueva dogmática contable que
irá surgiendo en medio de la convergencia internacional sobre las prácticas de
la decisión y la gubernamentalidad de los emprendimientos. Necesariamente la
internacionalización de la economía, la adopción de tecnologías de información
integradas y la implantación de las normas internacionales de información
financiera, suscitan la investigación sobre un complejo proceso de relaciones y
dependencias que emerge alrededor del amplio conjunto de intereses e incentivos
económicos que también ha comenzado a afectar la práctica contable.
Por
supuesto, esto no será un proceso uniforme internacionalmente y probablemente
ira evolucionando en dirección a una nueva dogmática de la ciencia de la
contabilidad.
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[1]
Los
del externalismo semántico, de la más pura tradición inglesa, llamados así por
dar al contenido del significado un carácter puramente mental provocado por los
signos y comprobable mediante verificación o falsación y los del internalismo
semántico, así llamados por considerar al lenguaje relacionado con procesos de
percepción antes de dar el salto al pensamiento conceptualmente articulado
tanto individual como colectivamente.
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